Hace sólo un par de semanas que un empleado de TESLA me enseñó el término “Turn on red”. Fue durante una prueba de un Model S donde no pude evitar preguntarle porqué tantos coches se saltaban los semáforos en rojo.

Ya había confianza entre Brett y yo: había descubierto que no tenía la mínima intención de comprar el coche a pesar de ser mi segunda prueba, y había retirado su oferta de dejarme el coche 1 semana para probarlo.

Semáforos Hace sólo un par de semanas que un empleado de TESLA me enseñó el término “Turn on red”. Fue durante una prueba de un Model S donde no pude evitar preguntarle porqué tantos coches se saltaban los semáforos en rojo. Ya había confianza entre Brett y yo: había descubierto que no tenía la mínima intención de comprar el coche a pesar de ser mi segunda prueba, y había retirado su oferta de dejarme el coche 1 semana para probarlo.

Llevo dos meses viviendo y conduciendo en los Estados Unidos y cada día pienso que me voy a dar un porrazo, o más bien, que me lo van a dar. Nadie me había dicho que en este país puedes girar en las intersecciones cuando tienes tu semáforo en rojo. En un principio, todo lo que pensaba era “mira oye, en España somos más civilizados”. Incluso en más de una ocasión he sentido la presión del coche de atrás cuando me pitaba estando el semáforo en rojo. Y yo ahí, quietecito.

Resulta que esta práctica de girar a la derecha cuando el semáforo está en rojo es más común de lo que pensaba y está implementada en varios países, pero mi nuevo amigo de Tesla me lo explicó de una forma muy concreta:

Verás, mi mejor amigo Pablo. En los años 70, nuestro país sufrió la primera crisis del petróleo, que afectó a toda la economía del país y de gran parte del mundo. Nuestro gobierno decidió tomar medidas para fomentar la producción energética así como optimizar su consumo. Entre otras cosas, decidieron decirle a los estados lo siguiente:

Hey, estado. Si quieres recibir ayuda federal para la ristra de cosas que te voy a obligar a cumplir, más te vale permitir que los coches puedan girar a la derecha en los cruces cuando el semáforo está en rojo. Así pasan menos tiempo parados y gastan menos gasofa. Te dejaré poner algunas excepciones.

Energy Policy and Conservation Act of 1975 , Página 63.

La mayoría de los estados, deseosos de recibir esas ayudas, aceptaron la oferta. Y así, hasta día de hoy.

Esto me hizo pensar en la cantidad de cosas que damos por sentadas de las que desconocemos su origen o motivo. A mi me llamó la atención porque no estoy acostumbrado a ello, pero los millones de conductores que circulan por estas carreteras a diario ni siquiera lo piensan. No es una norma. No es un derecho. Es que es así.

Perspectiva

En nuestro día a día nos encontramos con cientos de reglas, leyes, políticas y demás ordenanzas tanto en la calle como en nuestro trabajo. ¿Porqué tengo que rellenar este documento si ya lo tienen? ¿Porqué puedo beber aquello y no fumar esto otro? ¿He cambiado el coche de acera, hoy día 15?

En la mayoría de los casos, las normas se aplican porque existe una necesidad. Una necesidad que se tuvo y estudió en cierto momento y llevó a la aplicación de la norma, muchas veces preventiva, por si acaso. Ahora, pasado el tiempo, puede estar más o menos justificada, pero conocer el origen y el porqué es fundamental para poder discutirla, defenderla o revocarla si es necesario.

El caso del semáforo muestra una cosa curiosa. Si ahora Estados Unidos prohibiera el giro a la derecha en rojo, la gente lo vería como una nueva imposición, una nueva ley en contra de la libertad de los ciudadanos. Estarían perdiendo algo. Si en España nos dijeran que podremos girar a la derecha, pensaríamos “ay Jose, que nos matamos”. Es todo cuestión de perspectiva.

Hace un par de semanas estuve en Hamilton, Ontario (Canadá), donde el padre de una amiga me comentaba que el sistema métrico confundía a los americanos que entraban en el país vecino desde Buffalo, que iban como locos a 75mph (120km/h) pensando que aún tenían margen hasta los 100mph. Porque allí, en Ontario, la velocidad maxima son 100km/h. Y mira tú por donde, es un límite impuesto por la misma crisis energética que comentaba antes.

Road rigns change La fotografía de arriba, propiedad del Ministerio de Transporte de Ontario, muestra a trabajadores en 1976 cambiando las señales de velocidad en la autopista 401.

Limite 110 en España Cuando en España limitamos el límite a 110km/h durante un verano para ahorrar energía, la gente protestó, se echó a la calle, y los periódicos decían que el gobierno nos “frenaba”.

Montamos un follón por una norma que duró un un verano, y todavía íbamos más rápidos que los canadienses. Estos norteños llevan pisando huevos 40 años.

40 años después de aquella crisis energética, los americanos siguen girando a la derecha en rojo y los canadienses siguen con límites de velocidad que no corresponden a sus carreteras. Porque es así. Porque ya hace mucho tiempo de aquello y ya nadie sabe el porqué o nadie tiene tiempo de ponerse a cambiarlo.

Cada uno vemos las cosas con las gafas de moda en nuestro entorno, ya sea este nuestra cultura, país, familia, sector o amigos. Que encontremos caos a diario no es casualidad: tenemos historias tan distintas y quedan tantos flecos no cortados desde hace tanto tiempo que ya ni se recuerda porqué están ahí. Todos pensamos que conocemos la verdad y que otros no la ven; que nuestros superiores hacen las cosas mal y que nosotros las haríamos mejor; que las normas que nos convienen en este momento son derechos universales y las que no son represión.

Conocer y comparar

Viajar mola. Hay cosas muy bonitas y lo mejor es que con fotos de viajes siempre se consiguen nuevos followers (#instatravel #vamoooosjajaja). Pero lo segundo mejor de viajar es conocer la cultura, la gente, las normas sociales, lo que allí piensas que está bien o está mal. Conocer y comparar. Esa es mi parte favorita. No hay forma de saber cómo de especiales somos, qué nos define, porqué algo es bueno o malo si no conocemos cómo funciona el resto del mundo, y en ocasiones ni el mismo nuestro.

La sociedad sigue cambiando y seguirán apareciendo nuevas normas, derechos y costumbres. Hace sólo unos 30 años casi la mitad del Congreso de los Diputados (y puede que casi la mitad de los ciudadanos) votaba en contra de la ley del divorcio. Pero ojo, que esa ley requería que la pareja estuviera años viviendo separada antes de poder ejercer el divorcio. El divorcio que hoy conocemos tú y yo no llegó hasta 2005.

Por cada cosa que disfrutamos ahora, miles se han quejado antes. Y en unos años estaremos disfrutando las cosas de las que ahora nos quejamos. Muy crazy todo.

Seamos prudentes con lo que criticamos y con las ideas radicales. El mundo seguirá girando cada vez más deprisa, y no queremos que nos pille mientras estamos ahí, quietecitos.